¡Cómo iba a saber que era un tío, si estaba pixelada!
Jan, un belga de 64 años, está en tratamiento psiquiátrico
tras confrontarse con un hecho traumático: su mujer durante los últimos 19
años, Monica, de 48 y natural de Indonesia, no nació mujer sino varón, y le ha
tenido engañado todo este tiempo hasta que la verdad ha salido a la luz.
Jan, el marido engañado, conoció a su futura mujer en un
viaje a Indonesia, se enamoró, le pidió matrimonio y le llevó a su país: “No
fue fácil traerla a Bélgica –cuenta el hombre en una entrevista en Telegraph-.
Las autoridades belgas tenían serias dudas acerca de la autenticidad de su
nacimiento y su identidad, pero finalmente fue aceptada. Yo pensaba que era una
mujer atractiva, no tenía ningún rastro varonil”.
El matrimonio transcurrió con aparente normalidad durante
casi dos décadas, salvo por dos detalles delatores: Monica, de 48 años, se
negaba a tener hijos, alegando que ya había tenido dos de matrimonios
anteriores, y una vez al mes se ponía compresas y simulaba tener la regla. “Ni
siquiera me di cuenta de nada durante el sexo”, recuerda ahora el burlado
marido.
La verdad sobre la identidad real de la mujer salió a la luz
recientemente, cuando Monica experimentó un cambio radical: “Empezó a llevar
ropas llamativas, faldas ultra-cortas y tops minúsculos, dejando todo el
vientre al aire –cuenta Jan-. Mi hijo mayor se la encontraba de esta guisa en
la discoteca”. Hasta que finalmente el hombre (Jan) leyó en su móvil unos
mensajes románticos de otro señor, probablemente también engañado por la
precisión de los bisturíes indonesios.
Fue entonces cuando un amigo de Jan le puso al corriente
sobre los rumores de que su querida Monica era en realidad un señor operado,
rumores que también habían llegado a oídos de su hijo. Al enterarse, el marido
agarró a su esposa por las solapas de la bata de lentejuelas y la espetó:
“¡¿Eres un hombre?!”. Confrontada con la verdad, Monica reconoció que había
nacido niño, pero que ahora estaba operada y era una mujer. “Mi mundo se
desplomó. Todo se desvaneció. Llegó la policía”, cuenta compungido.
El hombre está en tratamiento psiquiátrico y ha iniciado un
procedimiento legal para anular su matrimonio. Sin embargo, un tribunal belga
no ha admitido su petición de impedir la entrada en casa de su ex mujer. Los
hijos de Jan, que han vivido con Monica como si fuera una madre o una hermana
mayor, pero nunca un amigote para ver el fútbol, “están devastados”, asegura el
abogado de Jan.
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