Aunque siempre estamos buscando lo mejor para nuestros
hijos, a veces cometemos algunos errores que pueden ser perjudiciales para la
conducta del niño.
Lima. Ser padres se aprende en el día a día, con errores y
aciertos. Sin embargo, hay errores que puedes ser más grave que otros. Conoce
los cinco peores errores que los padres pueden cometer con sus hijos, según
Emma Jenner, especialista en desarrollo y comportamiento infantil:
1. Le tienen miedo a sus hijos.- “Suelo hacer una prueba por
las mañanas en la que observo cómo un padre da el desayuno a su hijo. Si el
niño dice: ‘¡Quiero la taza rosa, no la azul!’ aunque la madre ya haya echado
la leche en la azul, trato de observar con cuidado la reacción de la mamá”,
explica.
“La mayoría de las veces, se pone pálida y vierte el
contenido en la taza que el niño prefiere antes de que le dé un berrinche”,
comenta.
Pero para Jenner esto es un tremendo error. “¿De qué tienes
miedo? ¿Quién manda de los dos? Deja que llore si quiere, y vete de ahí para no
escuchar el llanto. Pero, por favor, no trabajes de más sólo para agradar al
niño. Y, lo más importante, piensa en la lección que le estás enseñando si le
das todo lo que quiere sólo por ponerse a llorar”, expresa.
2. Justifican el mal comportamiento de sus hijos bajo la
premisa “así son los niños”.- La especialista afirma que muchas veces ve que
cuando los niños se portan mal en público (o incluso en privado), sus padres
los justifican con el clásico “así son los niños”. “Te aseguro que no tiene por
qué ser así”,
manifiesta.
“Los niños son capaces de mucho más de lo que los padres
normalmente esperan de ellos, en cuanto a sus modales, al respeto por los
mayores, las tareas del día a día, la generosidad o el autocontrol. ¿Crees que
un niño no puede quedarse sentado durante la cena en un restaurante? Nada de
eso. ¿Crees que un niño no es capaz de quitar la mesa sin que se lo pidan? De
nuevo, no es así. La única razón por la que no se portan bien es porque no les
has mostrado cómo hacerlo y porque no esperas que lo hagan. Así de simple.
Aumenta la exigencia y tu hijo sabrá cómo comportarse”, asegura.
3. No dejan que otras personas le llamen la atención a sus
hijos.- “Antes, los conductores de autobús, los profesores y otros padres
solían tener carta blanca para corregir a un niño maleducado. Actuaban como
ojos y oídos de la madre y el padre si los niños estaban fuera de su vista, y
todo el mundo colaboraba por un interés común: criar de forma adecuada a niños
y niñas”, explica.
Jenner dice que en cambio, “en la actualidad, si a alguien
que no es padre del niño en cuestión se le ocurre regañarlo, a los padres no
les hace ninguna gracia. Quieren que su hijo parezca el niño perfecto, y por
eso no aceptan que los profesores u otras personas digan lo contrario. Se
enfurecerán e irán a hablar con el profesor antes que con su hijo por haberse
portado mal en clase.
Sienten la necesidad de proyectar una imagen perfecta al
mundo y, por desgracia, su inseguridad se ve reforzada porque muchos padres se
juzgan entre sí”.
“Si un niño hace un berrinche, todas las cabezas se girarán
hacia la madre con una mirada reprobadora. En su lugar, debería ser respaldada,
porque hay muchas posibilidades de que el berrinche haya tenido lugar por no
haber cedido ante alguna de las exigencias de su niño. Más bien, esos
observadores deberían decirle: ‘Buen trabajo. Sé lo difícil que resulta poner
límites’”, añade.
4. Abusan de los “atajos”.- Los padres actuales, según
Jenner, recurren a una serie de “atajos” para evitar que sus hijos se aburran y
armen un berrinche.
“Cuando descubres lo bien que Caillou entretiene al niño en
un avión, que no te tiente la idea de ponerle los dibujos en un restaurante.
Los niños también tienen que aprender a ser pacientes. Tienen que aprender a
distraerse ellos solos. Tienen que aprender que no toda la comida va a estar
siempre caliente y lista en menos de tres minutos y, si es posible, también
tienen que aprender a ayudar en la cocina”, argumenta.
Asimismo, ella señala que “los bebés tienen que aprender a
tranquilizarse solos; no hay que sentarlos en una silla vibradora cada vez que
se pongan quisquillosos. Los niños tienen que aprender a levantarse cuando se
caen, en vez de subir los brazos para que mamá y papá los recojan. Enseña a los
niños que los atajos pueden servir de ayuda, pero que resulta muy satisfactorio
hacer las cosas por la vía lenta”.
5. Siempre ponen las necesidades de los hijos por encima de
las suyas.- “Naturalmente, los padres tienden a cuidar de sus hijos en primer
lugar, y esto es bueno para la evolución. Yo defiendo la idea de crear un
horario que se ajuste a las necesidades del niño, y que la alimentación y la
ropa del niño sean prioritarias”, afirma.
“Sin embargo, los padres de hoy en día han ido demasiado
lejos, sometiendo sus propias necesidades y salud mental a las de sus hijos.
Cada vez con más frecuencia veo a mamás que se levantan de la cama a cada rato
para satisfacer los caprichos del niño. O a papás que lo dejan todo y se
recorren el zoológico de punta a punta y a toda prisa para comprarle a la niña
una bebida porque tiene sed”, manifiesta.
“No pasa nada por no levantarte en mitad de la noche para
darle otro vaso de agua a tu hijo. No pasa nada si el papá dice: ‘Claro que vas
a beber agua, pero vamos a tener que esperar hasta llegar a la próxima fuente’.
No pasa nada por utilizar la palabra ‘no’ de vez en cuando, ni hay nada malo en
pedirle a tu hijo que se entretenga solo unos minutos porque mamá quiere usar
el baño en privado u hojear una revista”, afirma.
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